Madrid, 15 nov (Prensa Latina) Madrid amaneció hoy bajo fuertes medidas de seguridad ante los debates de investidura presidencial en el Congreso de Diputados, donde previsiblemente Pedro Sánchez será reelecto.
Los alrededores de la sede la de la Cámara Baja están custodiados por unos mil 600 agentes del orden y dispositivos de todo tipo de seguridad cuando se inician las sesiones. Será este jueves la votación para determinar si Sánchez sigue al frente del Gobierno.
El actual jefe del Ejecutivo en funciones tiene programado defender este miércoles sus polémicos pactos con partidos separatistas catalanes (muy especialmente Junts, además de Esquerra Republicana), que tienen como manzana de la discordia una propuesta de ley de amnistía.
Los acuerdos de los socialistas del PSOE con Junts y Esquerra Republicana de Cataluña, permitirían a Sánchez obtener el apoyo de 179 diputados de los 350 que componen el Parlamento, tres escaños más de los requeridos para hacerse del poder.
Sánchez cuenta además con la mayoría absoluta gracias también al espaldarazo de la coalición Sumar; PNV y EH Bildu del País Vasco; BNG de Galicia; y Coalición Canaria.
En los comicios del pasado 23 de julio, el conservador Partido Popular (PP) alcanzó 136 diputados en el Congreso y el Partido Socialista, 122, pero ninguno de los dos podía aspirar al poder sin alianzas.
El actual ocupante del Palacio de la Moncloa abrirá los discursos, seguido por el opositor líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, dando paso a continuación a intervenciones del resto de las organizaciones en el Parlamento.
Las deliberaciones tienen lugar justo cuando la Comisión Europea adelantó este miércoles que la economía española crecerá un 2,4 por ciento en 2023, lo que supone una mejora de dos décimas con respecto al 2,2 del pronóstico de verano.
Una noticia, sin embargo, que importará más al Gobierno para exhibir músculo que al asunto sustancioso en plena polémica nacional, la ley de amnistía.
La casi inminente reelección de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno esta semana, marcará apenas un punto de partida hacia lo que se vaticina será tal vez la etapa más compleja de la democracia española.
El PP y la ultraderecha de Vox, junto con algunos sectores empresariales y de la sociedad civil, se niegan a aceptar la continuidad de Sánchez en la Moncloa en razón de la amnistía, que sacaría de la cárcel a más de 300 personas involucradas en los intentos de secesión de Cataluña en 2017.